Más de 4000 faircoin, 1000 kg de productos, un viaje iniciático, una red de cooperación

“Si quieres cambiar el mundo, une directamente a productoras y consumidoras mediante una red de confianza. En caso de ser necesario, usa una moneda descentralizada”

PODER PARA EL PUEBLO

Basándonos en la idea de FairCoop, en algunas regiones del mundo estamos desarrollando relaciones económicas al margen del capitalismo utilizando como herramienta monedas descentralizadas. Esto supone crear redes de economía circular locales en biorregiones naturales. Esto es, establecer relaciones económicas basadas en la confianza mutua en ámbitos comprensibles para nuestra escala humana. Y, gracias a los medios modernos de comunicación, establecer lazos entre estas distintas economías locales.

A raíz del primer encuentro de Nodos Locales Ibéricos de FairCoop que hicimos en Valdelinares a principios de Junio de 2018, entre otras muchas ideas interesantes, surgió la de llevar a cabo una ruta que transportase productos entre biorregiones ibéricas. El objetivo era conectar productoras y consumidoras de distintas zonas dentro de un ámbito geográfico asequible. Productos de una zona que fuesen necesarios en otra o, también, dar salida a productos excedentes.

ANTES Y DESPUÉS DE VALDELINARES

Desde hacía algunos meses, veníamos charlando en un grupo de “Nodos Ibéricos” la posibilidad de hacer un encuentro de nodos. No fue fácil definir la fecha, pero una vez se consensuó que sería el primer fin de semana de junio, todo comenzó a fluir. Valdelinares, el pueblo habitado más alto del sistema ibérico, a casi 1700m de altitud fue el lugar escogido: un paraje increible que nos acogió, durante un fin de semana largo, a 35-40 integrantes para trabajar intensamente en temas clave como la cohesión entre nodos, la transparencia y la gestión en las cuentas, la economía circular, el análisis de herramientas que usamos del ecosistema FairCoop para su mejora, etc. Encuentros cara a cara, sin chats de telegram de por medio! Mucha energía y sinergias que, sin lugar a dudas, dieron lugar a acciones concretas, a resultados, a la organización de lo que ha sido la primera de lo que serán muchas rutas entre nodos ibéricos transportando productos en FairCoin!

PUNK BUBELA

Realizar esta ruta fue una experiencia piloto cuyo objetivo principal era intercambiar conocimientos y ver en la práctica todo lo necesario para replicarla con la frecuencia que se considere necesaria y, a la vez, facilitar la puesta en marcha de rutas más pequeñas en diferentes biorregiones o entre regiones próximas. En un futuro próximo, se pretende formar una red de distribución en la península ibérica lo que, a su vez, sentará las bases para interconexiones más amplias. A esta primera experiencia que ha sido un éxito remarcable la llamamos, por razones que no vienen al caso, Punk Bubela.

ANTECEDENTES

Tras el encuentro de Valdelinares, de un modo natural, establecimos conversaciones con algunos nodos y subnodos ibéricos de FairCoop que manifestaron su entusiasmo y apoyo al proyecto: Galiza, Asturies, Aragón, Manresa, Tarragona, Valencia y Albacete. Dado que en el levante ibérico ya funcionan o están a punto de hacerlo ciertas conexiones, el objetivo era unir Galiza con Tarragona y viceversa, pasando por los nodos intermedios. Desde Catalunya, y gracias a la existencia de un local de distribución (rebost) en Tarragona, los productos hacia otros puntos se transportarían posteriormente desde allí.

ORGANIZACIÓN

En esta primera ocasión ¡la organización ha sido tan compleja como ilusionante! Una cosa equilibró la otra. Las ofertas y pedidos se plasmaron en una hoja de cálculo y esto, en apariencia sencillo, supuso muchas horas de trabajo y conversaciones. Sin duda alguna, se han sentado unas bases sólidas que poco a poco podrán ir mejorándose.

También – mención especial desde aquí – al papeleo burocrático que nos fue facilitado desde FreedomCoop para poder efectuar el trayecto con garantías.

DESARROLLO

Arrancamos recibiendo la mercancía de las diferentes productoras de Galiza en un punto central, cargamos una furgoneta al límite de su capacidad y nos pusimos a rodar.

Hicimos dos paradas en Galiza para cargar más productos y llegar a Asturies: la acogida allí fue maravillosamente cálida tras sobrevivir a la tormenta que nos despidió en Galiza y que casi hizo que tuviéramos que detener la ruta.

Pasamos la noche en tierras astures y partimos a la mañana siguiente hacia un pueblo de Huesca, nuestra segunda parada. Allí recolocamos la mercancía y repusimos fuerzas gracias a la inolvidable amabilidad de las compas que allí, más que recibirnos, nos cuidaron.

Y al día siguiente partimos para la siguiente etapa: Manresa. Fue otra parada maravillosa por el calor (no atmosférico, que también) sino por el calor humano que es el que verdaderamente vale la pena. Ese mismo día partimos para el objetivo final de esta primera parte: Tarragona. Al final de aquel día, que fue inusualmente caluroso como expresamos antes, nos esperaban más compañeros inolvidables y alguna cerveza fría.

Los siguientes dos días fueron increiblemente fructíferos: pudimos establecer sinergias y aprender un montón visitando proyectos realmente interesantes como la Cooperadora de Igualada o la colonia postindustrial de Calafou. Nos ha quedado perfectamente claro que los Nodos Locales deben generar sus propios recursos para sostener proyectos propios. La Descapitalizadora de Tarragona por ejemplo, es un excelente ejemplo digno de ser replicado en muchos otros sitios.

Volvimos a llenar la furgoneta con productos de Catalunya para realizar la ruta inversa. En total se movió una tonelada de productos, más de 4000 FairCoin y una cantidad incalculable de compañerismo y cooperación en lo que ha sido verdaderamente un viaje iniciático.

En los días siguientes, parte de los productos que dejamos en Tarragona fueron llevados por otros compas hasta Castellón, Valencia y Albacete así como a otras poblaciones de Catalunya.

EL SENTIDO DE LA RUTA

Unir regiones mediante vínculos económicos y humanos fue el objetivo plenamente satisfecho. Aunque en esta ocasión la ruta no unió algunas ciudades grandes intermedias (bien porque todavía no tenían nada que ofrecer a las demás o bien porque en esta primera ocasión no manifestaron interés al respecto) somos conscientes de que las relaciones pueden ir estableciéndose espontáneamente, según vaya surgiendo la necesidad o la idea de cooperar.

Hemos empezado por productos de alimentación, higiene y limpieza que cubren necesidades básicas y son fáciles de transportar. No obstante, en próximas rutas, cuando dispongamos de vehículos de mayor capacidad, podrán incorporarse otro tipo de productos como artesanía, ropa, herramientas, componentes electrónicos, etc… que en estos momentos ya están disponibles tanto en los fairspots como en las tiendas online.

Las rutas haran que mucha mas gente acepte Faircoin y que la red se expanda. Entonces habrá nuevas productoras y más consumo local y más intercambios.

La ruta ha sido una realidad y un éxito. Además ha contribuido a tejer red. Y que el consumo cuanto más local mejor pero teniendo en cuenta que hay cosas que pueden determinar el consumo a ciertos km de su producción asi como excendentes, productos regionales o especiales, por camaraderia,…o vivir en una ciudad por ejemplo.

La harina del trigo de por aquí (Catalunya) pues no es mala, pero como la de Galicia te aseguro que no. Entonces si viene harina de Galicia a Manresa pues será muy bienvenida.

MEJORAS ORGANIZATIVAS

Estamos seguras de que las próximas rutas podrán gestionarse con mayor diligencia y efectividad porque estamos desarrollando herramientas administrativas en base a esta experiencia inicial. Gracias a la inestimable y desinteresada ayuda de las compañeras de la cooperativa Komun.org cada nodo o grupo participante dispondrá de una tienda virtual en la que hacer y organizar los pedidos de las próximas rutas. De esta manera, será mucho más fácil efectuar pagos y obtener albaranes para la entrega en cada lugar. Esto ahorrará muchísimo más tiempo del que ha sido empleado en esta ocasión para gestionar la ruta.

RUTAS SOSTENIBLES

Que una ruta funcione depende de su sostenibilidad. Hay muchas formas de lograrlo distribuyendo los recursos de una manera justa.

En esta ocasión el vehículo fue generosamente cedido por uno de los compañeros participantes. Aunque lógico sería responder con una aportación para el combustible y el desgaste del vehículo, esta vez, los dos compañeros que han llevado a efecto esta ruta lo han hecho de manera voluntaria. También podría considerarse la posibilidad de pensar en una retribución adecuada y justa en futuras rutas regulares, de tal forma que podamos generar un puesto de trabajo para quien lo pueda necesitar.

Hasta donde hemos visto una ruta puede ser perfectamente un proyecto sostenible en base a diferentes aportaciones:

1.- La principal: las productoras pueden ofrecer descuentos ya que mueven cantidades importantes de productos, como si fuera (lo es, de hecho) una venta al por mayor. Ese porcentaje de descuento puede financiar perfectamente una ruta. Según nuestros cálculos un 10% de descuento puede cubrir todos los gastos (combustible, desgaste del vehículo y aportación para la persona que hace de transportista) especialmente en rutas más cortas. En esta ocasión contamos con descuentos del 5% en algunos casos. Todos los datos serán publicados próximamente en un informe detallado (en progreso)

2.- Los nodos de FairCoop pueden completar los gastos proporcionalmente a los productos solicitados gracias a las aportaciones que reciben trimestralmente desde FreedomCoop y que están destinadas a financiar sus actividades. Obviamente, también pueden contribuir a completar la financiación de rutas de transporte.

3.- Y si fuera necesario, al precio final de los productos también se le puede sumar un 1% ó 2% (aunque siempre preferiremos que a las familias o consumidoras finales les lleguen al mismo precio de venta que las productoras consideren justo).

MEDIDAS ADICIONALES DE SOSTENIBILIDAD

Estamos considerando métodos adicionales para abaratar los costes de transporte, por ejemplo:

Muchos vehículos diesel pueden funcionar perfectamente con aceite vegetal (al 100% o en parte) el cual es notoriamente más barato que el gasoil. Tenemos incluso un proyecto (desobediente, como nos gusta) para crear una planta de reciclado de aceite que podría servir para llenar el depósito de los vehículos.

Colectivizar un vehículo. La furgoneta que hemos utilizado en esta ruta es un modelo antiguo que costó 1500 euros. A veces nos gusta imaginar que podríamos tener una flota de furgonetas colectivizadas haciendo rutas por la península, lo cual no es nada utópico. Una furgoneta (o más) al servicio del común podría ser una excelente idea ya que abarataría los costes al no precisar compensar el desgaste de un vehículo privado. Simplemente se utilizaría a lo largo de su vida útil manteniendo, eso sí, un fondo para cubrir seguros, reparaciones necesarias o sanciones en el caso de producirse en el cumplimiento de una tarea para la comunidad.

LA MONEDA

Todas las operaciones con productos se realizaron usando FairCoin. Tener claro el porqué es importante.

Nuestros objetivos están totalmente fuera de la órbita capitalista. Utilizar monedas centralizadas y emitidas por Estados o comunidades de Estados es inaceptable por diversas razones éticas así que, en la medida de lo posible, evitamos usar Euros. Viene al caso citar algunos de los motivos:

El Euro es una moneda centralizada cuya emisión, circulante y control está en manos de intereses, a nuestro juicio, muy alejados de las personas comunes y corrientes. El Euro se basa en una ideología capitalista que fomenta el empobrecimiento de las personas asalariadas especialmente y promueve el “crecimiento infinito”. Los Euros ahorrados pierden poder adquisitivo con el tiempo, obligan a luchar constantemente por salarios dignos que contrarresten la inflación lo cual, evidentemente, no se consigue satisfactoriamente debido a intereses de mercados y corporaciones cuyas previsiones de beneficios están muy por encima de quienes constituyen verdaderamente la fuerza de trabajo. Los beneficios de las empresas obligatoriamente deben ser mayores año tras año para mantener el poder adquisitivo de tales beneficios (crecimiento infinito) lo que fomenta la necesidad de incrementar la producción (a costa casi siempre de las trabajadoras), aumentar las ventas promoviendo el consumismo desmesurado y todo ello con el impacto negativo sobre el medioambiente que es de sobra conocido. El Euro no es una moneda ética.

Por otra parte, las llamadas monedas sociales son una buena opción pero suelen estar limitadas a un ámbito geográfico demasiado local, lo cual no deja de ser una virtud pero las hace inapropiadas para intercambios entre regiones o, en la mayoría de los casos, para un ahorro lícito en previsión de tiempos difíciles.

FairCoin es una moneda electrónica descentralizada con características de moneda social gracias a la comunidad global que la utiliza y los valores éticos que sustentan dicha comunidad. Al mismo tiempo es una moneda deflacionaria que permite el ahorro y favorece el necesario decrecimiento. Es fácil de usar, segura y respetuosa con la privacidad. Por otra parte, en caso de necesidad, productoras y comerciantes que aceptan FairCoin pueden cambiar a Euros para cubrir gastos que no pueden ser atendidos con FairCoin.

Es cierto que podríamos utilizar otras monedas electrónicas descentralizadas o crear una para nuestros intercambios, lo cual es hoy bastante sencillo. Pero, por el momento, decidimos apoyar FairCoin ya que tiene una interesante implantación, al menos en la península ibérica. Por ejemplo, en Galiza contamos con no menos de 44 comercios y productoras además de numerosas personas que ya la utilizan. En otras regiones, particularmente aquellas con las que hemos creado vínculos, también está usándose de forma creciente.

La moneda es una herramienta que hace más sencillos los intercambios comerciales. Es verdad que no es absolutamente necesaria. Podríamos usar un sistema de intercambio sin moneda a base de sumas y restas (debe y haber) como una suerte de trueque entre pares. Pero no cabe duda de que una moneda como representación y reserva de valor tiene su utilidad y facilita las relaciones económicas.

PRÓXIMOS OBJETIVOS (o próxima estación: CORREDOR ATLÁNTICO)

Esta exitosa experiencia que hemos llevado a cabo realizando una ruta larga ha sentado las bases para establecer intercambios en una biorregión y conectarla a otras.

El próximo paso será establecer rutas periódicas en el “corredor atlántico” uniendo poblaciones de Galiza y el norte de Portugal lo cual, ahora, parece un planteamiento mucho más sencillo.

Con el fin de facilitar estos intercambios comenzaremos creando puntos de depósito, distribución y recogida de productos (Fairspots) que son simplemente locales en los que tener un stock de productos listos para ser adquiridos por cooperativistas y que también puedan ser distribuidos desde allí a otros puntos.

Las rutas se llevarán a efecto en cuanto el volumen de productos a transportar las hagan sostenibles y así lograr operar con la periodicidad necesaria. Las rutas más cortas pueden conectarse entre sí cuando se vea necesario para unir diferentes regiones y establecer vínculos.

El resto de nodos participantes también está desarrollando sus propios proyectos, lo que hace que esta primera y maravillosa iniciativa esté cobrando aún un mayor sentido.

AGRADECIMIENTOS

Nodos y subnodos ibéricos: Galiza, Asturies, Aragón, Manresa, Tarragona, Valencia y Albacete. Cooperativa Komun.org que proporcionó herramientas de gestión y se ha volcado en este proyecto. La Descapitalizadora (Tarragona) The Rossinyol Collective Project Forn de pa Coma Camping Les Esplanes Xarli, gran cicerone y mejor compañero. FairCoop, por la inspiración.